29/4/09

¿Vida en pareja o una pareja de vidas?


No es solo el avance tecnologico lo que marcó el inicio de este milenio. Las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto de amor. Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la que exista individualidad, respeto, alegria y placer por estar juntos, y no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro de su bienestar.

La idea de que una persona sea el remedio para nuestra felicidad, que nació con el romanticismo esta llamada a desaparecer en este inicio de siglo. El amor romántico parte de la premisa de que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos.

Muchas veces ocurre hasta un proceso de despersonalización que, historicamente, ha alcanzado mas a la mujer. Ella abandona sus características, para amalgamarse al proyecto masculino.
La teoria de la unión entre opuestos también viene de esta raiz: el otro tiene que saber hacer lo que yo no se. Si soy manso,ella debe ser agresiva,y asi todo lo demás.
Una idea práctica de pervivencia,y poco romantica, por mas señas.

La palabra de orden de este siglo es asociación. Estamos cambiando el amor de necesidad, por el amor de deseo. Me gusta y deseo la compañía, pero no la necesito, lo que es muy diferente.


Con el avance tecnológico, que exige mas tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo a estar solas, y aprendiendo a vivir mejor consigo mismas. Ellas están comenzando a darse cuenta que se sienten parte, pero son enteras.
El otro, con el cual se establece un vinculo, también se siente una parte. No es el principe o salvador de ninguna cosa, es solamente un compañero de viaje.

El hombre es un animal que va cambiando el mundo, y despues tiene que irse reciclando para adaptarse al mundo que fabricó.

Estamos entrando en la era de la individualidad, que no tiene nada que ver con el egoismo. El egoista no tiene energia propia; el se alimenta de la energia de los demás, sea financiera o moral.
La nueva forma de amor,o mas amor, tiene nuevo aspecto y apunta a la aproximación de dos enteros, y no a la uniòn de dos mitades.
Y ella solo es posible para aquellos que consiguieron trabajar su individualidad. Cuanto mas fuera el individuo capaz de vivir solo, mas preparado estará para una buena relación afectiva. La soledad es buena, estar solo no es vergonzoso.Al contrario, da dignidad a la persona.

Las buenas relaciones afectivas son óptimas, son muy parecidas con estar solo, nadie exige nada de nadie y ambos crecen.
Relaciones de dominación y de concesiones exageradas son cosas del siglo pasado. Cada cerebro es unico. Nuestro modo de pensar y actuar no sirve de referencia para evaluar a nadie.
Muchas veces, pensamos que el otro es nuestra alma gemela y, en verdad, lo que hacemos es inventarlo a nuestro gusto.
Todas las personas deberian estar solas de vez en cuando, para establecer un dialogo interno y descubrir su fuerza personal.
En la soledad, el individuo entiende que la armonia y la paz de espiritu solo se pueden encontrar dentro de uno mismo, y no a partir de los demás.
Al percibir esto, el se vuelve menos critico y mas comprensivo con las diferencias, respetando la forma de ser de cada uno.

El amor de dos personas enteras es el bien mas saludable. En este tipo de unión, está el abrigo, el placer de la compañía y el respeto por el ser amado.
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien. Algunas veces hay que aprender a perdonarse a si mismo...




Flávio Gikovate, médico psicoterapeuta

3 comentarios:

  1. Quizá en este escrito esté la explicación a tantas separaciones matrimoniales como se dan entre las parejas jóvenes y, afortunadamente cada vez más, entre matrimonios que vienen soportándose durante varios lustros.

    No se me interprete mal el comentario. No es mi deseo que haya separaciones pues todos, en mayor o menor medida, podemos conocer personas que han pasado por ello y no es plato de buen gusto para ninguno de los implicados.

    Con mi introducción quiero expresar que esa frase que tanto se usa por nuestros mayores cuando se conoce la noticia de una separación: " Si es que los de ahora no aguantan nada." Yo pienso que el problema es que "los de antes" aguantaron demasiado.

    Por supuesto que las cosas afortunadamente en este tema han cambiado mucho y creo que para mejor.
    Ahora afortunadamente y salvo casos excepcionales que todavía habrá, nos casamos con quien queremos y cuando queremos, conocemos nuestras obligaciones y también nuestros derechos, y uno de nuestros derechos más importante es el respeto hacia nuestra persona en cualquier ámbito de la vida en pareja.
    El "aquí mando yo y se hace lo que yo diga" confío en que si no ha desaparecido del todo no tarde mucho en desaparecer.
    La pareja está formada por dos entes individuales con sus pros y sus contras que hay que aprender a coordinar para que funcionen en la misma dirección, pero no creo que la solución sea que una parte absorba y anule a la otra.
    Todos necesitamos nuestra parcela de independencia siempre que con ella no agraviemos la parcela de nuestra pareja.

    Creo que el presente que estamos viviendo en la actualidad en cuestión de parejas es más igualitario, más respetuoso y más afectuoso pues cada vez son menos las parejas que se "soportan" por "el qué dirán".

    Al menos espero que así sea.

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  2. Anónimo6/5/09

    Echo en falta en tu análisis un factor fundamental de todas las relaciones: la independencia económica. Si antes aguantaban más no se debía únicamente a cuestiones de sumisión sino de roles, máxime en estas tierras norteñas, de marcado carácter matriarcal, donde las mujeres se dedicaban casi exclusivamente a labores domésticas y cuidados de la prole, mientras la función productiva recaía en los varones. De ese modo, ante un cese de convivencia, las mujeres quedaban desamparadas económicamente y optaban por seguir tragando saliva. Sabido es que una separación conyugal era casi tabú y en raras ocasiones se acudía a los tribunales.

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  3. Tienes mucha razón. Gran error por mi parte haberme olvidado de un tema tan importante y tan decisivo para la continuidad de la pareja.
    Gracias.

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